Habitaciones sin número, 2000 – 2001
Pintura sobre papel de algodón.
Técnica mixta: Gouache, pastel, collage, tinta china, grafito
“Las camas toman la palabra utilizando su propio lenguaje, sus propios gestos, para hablarnos del donde, del como, del cuando de ese dolor, de la enfermedad, de la soledad, del desamparo, del vértigo, de la muerte. En las habitaciones sin número se relatan los detalles de cada historia, del mismo modo que lo habían hecho los huesos de la serie anterior, aunque de otra manera.
Hay camas de hospital, de orfanato, de transeúntes, prisioneras de una celda o en un psiquiátrico, camas solitarias que tiemblan de miedo, de soledad, de angustia, camas que encuentran la muerte.
Camas que describen un momento doloroso.
Camas que parecen estar escayoladas.
Camas impacientes, que en la luz de la tarde no encuentran la postura. Aparece la ventana que simboliza el mundo que esta fuera.
Camas que han encontrado, con la llegada del día y las sábanas limpias, un momento de descanso.
Camas en la locura. La realidad se percibe distorsionada y el mundo empieza a girar, cuando los placebos ya no producen su efecto.
Camas que sabiéndose atrapadas construyen su propio universo.
Camas suspendidas en el abismo sostenidas por frágiles raíces.
Camas desahuciadas cayendo hacia el vacío.”
Rossana Zaera. Habitaciones sin número, 2001